DIABÉTICA DEL ALMA...
Emocionalmente diabética… así soy yo.
Dicen que el tiempo lo cura todo, que las heridas acaban cicatrizando… No todas.
Mi abuela murió a los 75, víctima de la gangrena. La diabetes no le permitió que aquella herida curara nunca. Empezó con una llaga en un dedo del pie…
Mi tía con las curas cada día. No había manera.
Hubo que cortar.
Primero un dedo, luego más… y la herida nunca se secaba.
Al final cortaron la pierna a la altura del muslo… y así se fue.
La diabetes es hereditaria, en su mayoría en segundas generaciones. Esto me lo he llevado yo, pero me pasó al alma, directamente.
Así estoy… con el ánimo rebanado. Con esta herida tierna y sin yodo que la calme. Mi corazón es un muñón de pena que sangra con cada latido. Y yo noto que me apago…
Diabética del alma…
El dolor es mi azúcar, mi veneno…
Hay que cortar.
Hay que eliminar el trozo podrido. Nadie quiere la fruta cuando está pocha, pero ¿cómo se enmienda semejante tajo?
Hay que cortar.
Hay que sanear, salvar lo que está intacto.
Hay que correr el riesgo
Pero es como en las películas. No hay anestesia y el trago de aguardiente sabe a poco. El bisturí se abre camino entre el entramado de emociones, sentimientos, anhelos, rabias, rencores, reproches y celos.
Hay que cortar
El pulso baja y el amor cede. Quizás no logre sobrevivir.
Diabética del alma…
Quien sabe.
A vegades la cirurgia és la única solució.
ResponEliminaEl risc sempre hi és, però per seguir vivint,seguir sentint, seguir raviant...val la pena.
I segur que amb el temps, es superarà aquesta maleïda malaltia que et té l'anima corcada, i podràs refer aquesta vida experimentant sentiment,que , segur, encara que et sembli impossible, no has gaudit mai.
Diabètica de l'ànima?, potser si, però temporalment!