Hoy me he decidido a limpiarlo a fondo… sacar la mierda incrustada de hace 10 años.
Me he armado de toallitas húmedas, productos de limpieza, el aspirador portátil a y bolsas de basura, para tirar para siempre lo que ya no quiero.
¡Que error limpiarlo siempre sólo por fuera! Ahora me doy cuenta… he estado paseándome con el coche reluciente de cada último auto lavado sin reparar en la púrria que se iba acumulando dentro.
Hay zarrios por todas partes, suciedad y despojos (pero qué descuidado estaba). Quizás no tenga suficiente con mi escaso armamento. Las bolsas se van llenando… una con lo que decidiré si conservo, la otra con lo que se va a ir a la basura, directamente. Quisiera que esta última estuviera más llena, pero de momento me cuesta decidir.
El maletero es un caos. Ha sido un trastero ambulante todo este tiempo. Y pelotas, siempre pelotas por todas partes. Mi vida llena de pelotas. Si no hubiera habido tantas… A veces hacían ruido pegando de un lado a otro y por momentos las sacábamos de en medio, pero volvían no sé como a estar allí dentro. A veces el resto de mierda no las dejaba rebotar y no las notábamos. Ahora están todas juntas en un capazo para juguetes en el piso de arriba.. Quietas y tranquilas. Ahí van a estar por mucho tiempo.
¡Vaya! Un botiquín. Lleva aquí todos estos años, sin haberlo hecho servir. “para curar heriditas”, que ironía. Una venda, unas pinzas, un esparadrapo y un bote de yodo, seguramente caducado. Esto lo van a heredar los críos para que se entretengan jugando. A mí de poco me sirve.
No es que esté quedando impecable. Eso ya no va a poder ser nunca más, pero al menos lo voy a vaciar para ir colocando las cosas a mi manera, a mi antojo. Intentaré lavarlo más a menudo, que la mugre no monte aquí su campamento. De fuera no importa. La gente ya sabe que un chaparrón a menudo los deja hechos un asco…
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada